La Ciudad

Con la renuncia de Cano, nada queda del gabinete “soñado” por Arroyo

La dimisión del contador Cano a la secretaría de Economía y Hacienda de la comuna, que lejos está de causar sorpresa, se convierte en la sexta de un integrante del gabinete del intendente desde que asumió.

Poco queda de aquella foto en el escenario del teatro Colón cuando el intendente Carlos Fernando Arroyo posó junto a su “gabinete de primera”, como él mismo lo definió. Ahora, con la renuncia de José Reinaldo Cano a la secretaría de Economía y Hacienda, nada queda de la columna vertebral de aquel equipo elegido por el jefe comunal. Arroyo basaba su gestión prioritaria en tres hombres: Emiliano Giri, su ex jefe de campaña, hombre fuerte del gabinete, encargado de las relaciones con el PRO y titular de Turismo, Héctor “Toty” Flores, su secretario de lujo, aseguró alguna vez, para la Producción –se convirtió en un ñoqui que cobró tres meses de sueldo, 210 mil pesos y vino en escasas oportunidades a Mar del Plata-, y el contador Cano, su secretario de Economía, el primer funcionario nombrado, incluso en la campaña.

Giri, Flores y Cano ya no están. En realidad Cano dejará el cargo el 1 de junio, tras haber amagado con la renuncia prácticamente desde que asumió. Su gestión ha sido muy criticada, incluso por miembros del propio gabinete, y se especula con que con la llegada de un nuevo titular de Economía y Hacienda comenzará a llegar dinero fresco de Provincia y Nación. “Lo de Cano era un escollo y su política fue un fracaso. Cuando se cansó de responsabilizar de todo a la herencia constató que no tenía un plan”, graficó un hombre del PRO que sonreía cuando se dio a conocer la renuncia del funcionario.

Durante los últimos días el teléfono de Gustavo Schroeder no dejó de sonar. El ex secretario de Economía volvería a la comuna. Es un hombre que tiene consenso y su designación sería vista con buenos ojos también por la oposición. “Cualquiera que no sea el talibán de Cano será bien recibido”, expresaban con ironía desde el Frente Renovador.

Lo cierto es que, como graficara un colega, la municipalidad se convirtió en una especie de Casa de Gran Hermano, donde las salidas son habituales. Seis secretarios se fueron en 144 días de gestión. Un secretario que se va cada 24 días. Algo no funcionó. La serie se abrió con Julio Razona, quien duró menos de una semana en la secretaría de Seguridad. De hecho, tras su portazo el cargo quedó vacante. Esta semana se designaría a su reemplazante. El intendente sueña con que el fiscal Mariano Moyano se ponga el traje de funcionario. Sería una incorporación muy importante. Arroyo ya quiso en su momento a un hombre de justicia, tal el caso de Carlos Pelliza, pero finalmente éste declinó el ofrecimiento. Si ahora no acepta Moyano, Fernando Telpuk, a cargo de la policía local, se hará cargo de la caliente secretaría.

En tanto, con dos salidas escandalosas, también abandonaron el gabinete Miguel Angel Guzmán –”casi un hijo para mi”, aseguró el intendente- del Emvial, y Emiliano Giri, de Turismo. El primero por destrozar una camioneta en San Luis cuando teóricamente estaba trabajando en Córdoba. Giri, tras haber sido detenido –actualmente se encuentra excarcelado- en una causa en la que se investigan maniobras dolosas en el astillero Río Santiago.

Luego llegó el turno de la renuncia de Sebastian Puglisi, de Cultura. Fue la salida quizás más elegante. Puglisi adujo cuestiones profesionales, cuando todo su entorno sabía que no estaba de acuerdo con algunas decisiones que se estaban tomando, incluso desde el área económica.

Puglisi iba a ser secretario de Educación, pero la familia pesó más y Arroyo decidió darle el cargo a Ana María Crovetto. La de ella no es la séptima renuncia solo por el capricho del jefe comunal de mantenerla en el cargo. La funcionaria viene desarrollando una pésima gestión y ya no la defienden ni los concejales oficialistas.

La siguiente renuncia fue la del secretario de Producción, Héctor “Toty” Flores, quien pasó sin pena ni gloria cuando había muchas expectativas en su gestión. Ya había renunciado antes –falta de timming, lo hizo a 24 horas del escándalo Giri- y le pidieron que aguantara un mes más. La situación se hizo insostenible y finalmente se fue, para pasar por la mesa de Mirtha Legrand y criticar a los políticos marplatenses. Ya se había llevado tres sueldos de más de 70 mil pesos cada uno, sin prácticamente haber pisado la ciudad. Todo un récord para quien pintaba como el secretario estrella del gabinete.

Poco queda entonces de aquel equipo. Ahora Arroyo cuenta con un coordinador de gabinete, el secretario de Salud, Gustavo Blanco, impuesto por la provincia y la Nación, al igual que Agustín Cinto, un joven del PRO del riñón del jefe de Gobierno porteño, Horario Rodríguez Larreta, quien será el responsable de que funcione el “tablero de gestión” y quien reportará directamente a los popes del PRO, preocupados por cierto por la marcha de la comuna local. “Tenemos que ayudar al intendente”, se cansó de decir el ministro de Seguridad de la provincia, Cristian Ritondo, en su reciente visita a Mar del Plata. “Pero es importante que se deje ayudar”, añadió.

Será esta una semana intensa en la comuna. De reacomodamientos y de nuevas designaciones. Nada queda de aquel gabinete primario. Hoy el jefe comunal parece apoyarse definitivamente en el PRO para desarrollar su gestión. Mantener la cohesión de Cambiemos en el Concejo Deliberante será otro desafío ante el malestar evidenciado por algunos radicales. De todos modos, la renuncia de Cano a Economía ha renovado las expectativas para que las cosas mejoren. Por lo menos, eso era lo que expresaban los rostros que se veían esta mañana en la comuna.

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